El 21 de octubre de ese año, el Villarreal disputó el primer partido de su historia, jugando contra el Castellón. El 17 de junio de 1923, el Castellón, un rival moderno del club, jugó el primer partido contra el club que lleva el nombre de Miguel de Cervantes. Fue con goles importantes de Sebastián Penco que Independiente alcanzó el cuarto lugar para la última fecha, dónde debía ganarle a Patronato siendo local para lograr el ascenso directo.