Holanda se llevó en aquel 1988 el único título de su historia cerrando así con la gloria de esta victoria una década nefasta de renovación desde la generación de Cruyff y el fútbol total. En la Eurocopa de 1988 los neerlandeses dirigidos por el técnico histórico Rinus Michels se clasificaron para jugar la final frente a la temida Unión Soviética de Valery Lobanovsky y de los atacantes, Belanov, Zavarov y Protasov.